Inspirada en el cuento «Camil y el hombre de los Girasoles» de Lawrence Anholt. El texto narra la amistad entre un pintor que únicamente conoció la fama y el reconocimiento después de su muerte y un niño, Camille, que ve cómo este artista le demuestra cariño y agradecimiento retratándole a él y a toda su familia.
El pasado sábado 31 de agosto se presentó el el Teatro Municipal de Vicuña, con gran concurrencia, *Van Gogh, hombre de los girasoles*, una emotiva obra dirigida por Rodrigo Medina y presentada por la compañía Teatro Iris.
Inspirada en el cuento «Camil y el hombre de los Girasoles» de Lawrence Anholt. El texto narra la amistad entre un pintor que únicamente conoció la fama y el reconocimiento después de su muerte y un niño, Camille, que ve cómo este artista le demuestra cariño y agradecimiento retratándole a él y a toda su familia. Junto a estos retratos, el cuadro de los famosos girasoles, las flores que Camille le regaló al pintor, y que supuso una de las 14 obras pictóricas más importantes de la historia. Por todo ello, el rechazo hacia la persona de Vincent Van Gogh -sólo vendió un cuadro en toda su vida.
La pieza teatral lleva a uno de los períodos más intensos en la vida de Vincent Van Gogh, en el pintoresco pueblo de Arles, Francia. A través de los ojos del pequeño Camil, el público puede conocer a este gran artista y su amistad con otro genio del arte, Paul Gauguin, quien lo acompaña en su sueño de crear una comunidad de artistas.
La obra *Van Gogh, hombre de los girasoles* fue escrita hace 22 años en el desierto de Atacama. Rodrigo Medina su creador explica que este montaje “propone uno de los pasajes más productivos de Vincent en Arles, donde pintó más cuadros”, agregando que el mensaje principal de esta creación, “tiene que ver con la discriminacion y el compromiso. La discriminación que sufrió Vincent en su época, por tener probablemente una enfermedad, que aún no estaba diagnosticada, era el loco, era el raro, lo rechazaban por eso, no era vista su obra y ahora vemos que su obra era inmensa, grandiosa. Y el compromiso, puesto que él como muchos seres, cree en el compromiso, cree en la palabra”.
“interesante la obra, la verdad es que uno ha visto bastantes formas de ver a Van Gogh, pero esta es una forma bastante especial, así que bueno que se haya dado aquí en Vicuña, y sobre todo la cantidad de personas que asistieron al teatro”, señaló el profesor Sergio Toro, agradeciendo también las actividades organizadas por la Corporación Cultural.
Para Paulina Torrealba “fue un viaje musical, de voces, de colores, de texturas, así que muy lindo, muy agradecida”.
En tanto para Julia Hidalgo fue un grato momento, “vinimos en familia a ver esta obra muy hermosa, muy bien actuada, los chicos se la jugaron y la historia de Vincent Van Gogh, que sabemos que fue un pintor a quien la miseria lo perseguía como a muchos grandes artistas, y que fue un gran pintor, de quien aún tenemos su obra”.
Vincent van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en Groot-Zundert de Holanda y fue un pequeño inquieto, emocional con marcadas aptitudes hacia el dibujo. Pronto comenzó a trabajar en una galería de arte familiar donde creció su amor por la pintura. Años después, encerrado en la religión, se convirtió en pastor protestante y se trasladó a una región minera de Bélgica como misionero, donde comenzó a dibujar a la gente local. Aprovechando su estancia en Bélgica, se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Bruselas en 1880, donde estudió dibujo y perspectiva. Pero no comenzará a sorprender con sus creaciones hasta que se traslada a Arlés (sur de Francia) en 1888, donde descubre la luz del Mediterráneo y los colores.
La figura imprescindible en su vida fue su hermano menor Theo, marchante de arte, quien le prestó apoyo financiero y moral de manera continuada y desinteresada. La gran amistad que les unió está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron durante su vida.